Desde los años 60, con cantantes como Janis Joplin, hasta la actualidad las mujeres han empleado la música como instrumento político y caja de resonancia para abordar cuestiones como la emancipación, la sexualidad y el poder. Gracias a la dimensión igualitaria y subversiva del movimiento “punk”, las mujeres plantan cara a las convenciones y cuestionan los códigos de la feminidad. En Londres o en Nueva York, adoptan la cresta, los imperdibles y los tatuajes, o el atuendo “glam”. La relación con el cuerpo se vuelve rebelde, y la identidad femenina se redefine de una manera audaz e irreverente.
En Estados Unidos se considera que la música pop tiene una dimensión emancipadora. Desde los años 2000 existen “campamentos de ‘rock and roll’ para chicas”, que las anima a combatir los estereotipos de género mediante las artes escénicas y la expresión musical. En Portland, en el Estado de Oregón, hay un campamento pionero. Mediante el aprendizaje del “rock” y distintos tipos de talleres, las chicas aprenden a expresarse, a ocupar el espacio, a defenderse, a desarrollar su sentido crítico y su autoestima. Exclusivamente entre chicas.
Fuente: La Noche Temática-RTVE
“>La Noche Temática – Avance: ‘Sexo y música: de dominadas a dominantes’