Lluís Llach estuvo presente el pasado 22 de septiembre en San Sebastián, en el Velódromo de Anoeta, para avalar el documental Llach: la revolta permanent, producido por Jaume Roures (Mediapro) y dirigido por Lluís Danès, que reivindica la memoria de las víctimas de la represión policial perpetrada el 3 de marzo de 1976 en Vitoria y que inspiró el tema Campanades a morts. Llach recordó que los representantes del Estado todavía no han pedido perdón por estos hechos.
El documental, presentado en el festival de San Sebastián fuera de concurso, utiliza la figura de Lluís Llach como “excusa” para explicar una historia que el propio cantautor calificó de “hermosa, tensionada y actual”. “Fue el primer asesinato de Estado del post-franquismo. Lástima que los gobiernos que, escogidos democráticamente, y siguen hoy en día representando a aquel mismo Estado no hayan querido hacer un acto de justicia, al menos en plan ético”, lamentó Lluís Llach, antes de ofrecer un pequeño concierto en el Velódromo que introdujo la proyección.
Él es, en efecto, el hilo conductor de un documental que en primera instancia sólo había de ser un seguimiento durante un año, pero la memoria de los hechos de Vitoria adquirieron tanta presencia que se convirtieron en el eje central en el cual gira la película, pese a que también repasa de manera paralela la carrera del cantautor. Ambas tramas se fusionan en el tramo final de la cinta cuando Llach recuerda el instante en que conoció por televisión la noticia y compuso, enfurismado, el réquiem Campanades a morts en recuerdo a las víctimas. El trabajo de Danés incluye, además, las imágenes del recital que Llach ofreció en marzo de este año en el Buesa Arena de Vitoria con motivo del trigésimo aniversario de la matanza.
Andoni Txasco, mienbro de la asociación de víctimas del 3 de marzo, no pudo asistir al concierto porque la Ertzaintza lo detuvo después de cargar contra los manifestantes de la protesta convocada para pedir justicia. El mismo día de la proyección participó en la conferencia de prensa y aprovechó la ocasión para recordar que el reconocimiento a los afectados ha de llegar lo más pronto posible, porque muchos de ellos tienen ya una edad avanzada. Además, se mostró convencido que el documental servirá para “difundir una versión fiel de lo que va sucedió en Vitoria”.
La cinta incluye un testimonio inédito de 1976 en el que Manuel Fraga, que entonces era ministro de Gobernación, hecha pelotas fuera y unas declaraciones actuales de Rodolfo Martín Villa, que dirigía el Ministerio de Relaciones Sindicales. “Si se investigara a fondo el asunto es vería que los manifestantes tuvieron más responsabilidad de lo que sucedió que la Policía”, dice en el documental.
Por su parte, el realizador del film, aseguró que éste habla de la “revuelta permanente contra el olvido y la injusticia”, una “actitud vital” que ha mantenido tanto Llach como los familiares de las víctimas del 3 de marzo. Llach corroboró estas palabras al sostener que “la revuelta es absolutamente necesaria”. “No entiendo de otra manera nuestro trabajo: se ha de cuestionar continuamente y poner patas arriba las cosas para poder ordenarlas después”.
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El 3 de marzo de 1976, en Vitoria, en el transcurso de una asamblea de trabajadores, la actuación policial causó cinco muertos y más de cien heridos de bala.
Aquella misma noche, empujado por la rabia, Llach compuso la que sería una de las canciones más emblemáticas de aquellos años: Campanades a morts.
Ahora, treinta años más tarde, Lluís Llach vuelve a Vitoria para interpretarla en un concierto multitudinario en recuerdo de las víctimas del 3 de marzo.
Un viaje en el espacio y en el tiempo conducido por la música y las palabras del propio Llach, donde se cruzan recuerdos autobiográficos con las imágenes y los testimonios de los protagonistas de aquellos hechos.
Esta es la historia de una canción, el retrato de la persona que la escribió y la crónica de los acontecimientos que la provocaron.
Un clamor y una exigencia de revuelta permanente contra el olvido.
(Lluís Llach)
I
Campanades a morts
fan un crit per la guerra
dels tres fills que han perdut
les tres campanes negres.
I el poble es recull
quan el lament s’acosta,
ja són tres penes més
que hem de dur a la memòria.
Campanades a morts
per les tres boques closes,
ai d’aquell trobador
que oblidés les tres notes!
Qui ha tallat tot l’alè
d’aquests cossos tan joves,
sense cap més tresor
que la raó dels que ploren?
Assassins de raons, de vides,
que mai no tingueu repòs en cap dels vostres dies
i que en la mort us persegueixin les nostres memòries.
Campanades a morts
fan un crit per la guerra
dels tres fills que han perdut
les tres campanes negres.
II
Obriu-me el ventre
pel seu repòs,
dels meus jardins
porteu les millors flors.
Per aquests homes
caveu-me fons,
i en el meu cos
hi graveu el seu nom.
Que cap oratge
desvetllí el son
d’aquells que han mort
sense tenir el cap cot.
III
Disset anys només
i tu tan vell;
gelós de la llum dels seus ulls,
has volgut tancar ses parpelles,
però no podràs, que tots guardem aquesta llum
i els nostres ulls seran llampecs per als teus vespres.
Disset anys només
i tu tan vell;
envejós de tan jove bellesa,
has volgut esquinçar els seus membres,
però no podràs, que del seu cos tenim record
i cada nit aprendrem a estimar-lo.
Disset anys només
i tu tan vell;
impotent per l’amor que ell tenia,
li has donat la mort per companya,
però no podràs, que per allò que ell va estimar,
el nostres cos sempre estarà en primavera.
Disset anys només
i tu tan vell;
envejós de tan jove bellesa,
has volgut esquinçar els seus membres,
però no podràs, que tots guardem aquesta llum
i els nostres ulls seran llampecs per als teus vespres.
IV
La misèria esdevingué poeta
i escrigué en els camps
en forma de trinxeres,
i els homes anaren cap a elles.
Cadascú fou un mot
del victoriós poema.