Porque el dinero que entra en el circuito de la corrupción, desaparece para siempre de nuestra economía.
Porque después del paro, la Corrupción es el tema que más preocupa a la ciudadanía, (datos del CIS, Noviembre 2014), consciente más que nunca que el Sistema es corruptible y que la falta de liderazgo y la incapacidad para la acción, hacen necesarios cambios estratégicos que aún no se han abordado.
Porque la queja y la denuncia ya no es suficiente, hay mucho que aún no sabemos y la información es fundamental para erradicar ésta lacra.
Porque desgraciadamente gran parte de los medios de comunicación tienden a no hacerla visible en toda su dimensión.
Porque la lucha contra los delitos de corrupción tiene que ser una prioridad para cualquier Gobierno.
Por todo ello, hace falta una higienización urgente y revisión de los valores éticos. Hay que empezar a premiar la denuncia de la corrupción y a la vez sacar a la luz la soledad y el riesgo personal y profesional que sufren las personas que la denuncian.